El signo anterior a Cáncer fue Géminis donde la fuerza de Tauro se había dividido en dos, pero continuaba avanzando, seguía en una línea de crecimiento y desarrollo. Si podemos optar por una u otra, aceptar caer en el lado de la luz o en el lado de la oscuridad, hacer lo bueno o lo malo. A veces nos negamos a aceptar que existe en nosotros esa dualidad, cuando esto sucede, hay que trabajar nuestras características de Cáncer.
Cáncer logra tomar ambas fuerzas y hacerlas suyas, convertirse en ellas, usarlas con suavidad, benevolencia o ser capaz de destruirla, tal y como lo hacen los cangrejos cuando se sienten amenazados.
Los dos carneros, o las dos personas, que aparecían en Géminis, ahora ya no existen, se han convertido en las tenazas del cangrejo, mismas que pueden aplastar o tomar con delicadeza. ¿Te ha pasado que dices que eres bipolar porqué cambias de parecer muy rápido? ¡Así son nuestros momentos Cáncer! Reaccionamos muy rápido en un sentido u otro, cuando parece que cambiamos rápidamente de opinión. Pero ¡OJO! No solo somos tenazas, el cangrejo es aún más. Tiene un cuerpo, y en su interior es blando, frágil, fácilmente se le puede lastimar, por eso está a la defensiva.
Cuando lastimaste a un Cáncer lo hiciste de por vida y, difícilmente, te perdonará, pero cuando logras entrar en él o ella será incondicional a ti.
Lo que debemos de aprender de este signo es que no debemos negar nuestras polaridades, nuestras luces y sombras, lo bueno y lo malo, ambos nos sirven ambos nos integran y, cuando somos capaces de aceptarlos, podemos ser un sólo ser, integrar nuestra fuerza desde nuestro interior. En ese momento seremos un ser completo, integro, con valor y sabiduría, nos convertiremos en un León quien, también, tendrá una lección que aprender.
Así, el ciclo dio una vuelta completa.
Gracias a Híbrida y Tornasol por permitirme la oportunidad de colaborar con los significados simbólicos de cada signo.
¡Hasta el siguiente proyecto!
C. Ocasional.
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