
Carecen de fuerza de voluntad y no toleran la presión (siempre se sienten presionados). A simple vista parecen seres vulnerables y devastados pero hoo!! Sorpresa, en realidad son unos chantajistas y además fatalistas dispuestos a lloriquear hasta conseguir su objetivo.
Cambian de humor en menos de 3 segundos, primero están alegres, luego tristes, enojados y así sucesivamente, con ellos no se sabe. Su pecado favorito es la envidia aunque tampoco dan por descartados la pereza y la gula. Simplemente son hipersensibles, y me atrevería a decir que son el sueño de todo verdugo, el tapete perfecto.
C. Tornasol.
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